El tsakonio constituye el último vestigio que queda en Grecia del antiguo idioma espartano
El último capítulo en la
lucha entre la antigua Atenas y la antigua Esparta se está librando en la
actualidad en un remoto rincón de la Grecia meridional, 24 siglos después de
que los espartanos emergieran victoriosos de la Guerra del Peloponeso, el más
famoso conflicto del mundo clásico. A tan sólo 30 kilómetros al este del
yacimiento arqueológico de la antigua Esparta, unos vecinos luchan para que no
se extinga el último vestigio del idioma espartano.
La mayor parte del mundo ha
olvidado que algunos de los descendientes de los espartanos todavía siguen
hablando un idioma propio llamado tsakonio.
No obstante, hoy en día tan solo unos cuantos miles de personas lo conocen y
únicamente unos pocos lo hablan con fluidez. Tanto lugareños como filólogos
temen que dentro de 20 años ya no quede nadie que lo hable.
El tsakonio constituye el último vestigio que queda en Grecia del
antiguo idioma espartano. Esparta ganó la Guerra del Peloponeso en 404 a. C.,
pero la victoria en el campo de batalla no supuso un triunfo para su cultura y
su idioma. Cuando el macedón Alejandro Magno estableció su imperio, el ático
—lengua franca basada principalmente en el idioma hablado en Atenas— se
convirtió en la lengua dominante del políglota ejército griego y,
posteriormente, de todo el mundo
helenístico en general. De este idioma procede el griego moderno.
El idioma hablado en Esparta, la antigua rival de Atenas, pasó a ser
una lengua meramente vernácula de una parte de la península del Peloponeso. A
pesar de ello, uno de sus descendientes evolucionó y ha conseguido sobrevivir a
través de los siglos hasta nuestros días.
En la actualidad, las generaciones más jóvenes, gracias a la
existencia de mejores comunicaciones y de la televisión, se ven expuestas al
idioma griego como nunca antes lo estuvieron. Asimismo, la escasez de trabajo
en la zona obliga a los más jóvenes a mudarse a las grandes ciudades,
alejándose así de sus raíces tsakonias.
No obstante, un municipio de la zona, Leonidio, ha fundado un centro
de recursos culturales del tsakonio
(el Archivo Tsakonio), para ayudar a que las nuevas generaciones empiecen a
sentirse orgullosas de su pasado y aumenten sus conocimientos sobre el idioma
de la región. A pesar de todo, aunque varias localidades han puesto ya señales
bilingües, los esporádicos esfuerzos por enseñar tsakonio en las escuelas se han topado con cortapisas burocráticas
por parte del gobierno regional.
Los tsakonios cuentan
también, además de con su herencia lingüística espartana, con una tradición de
baile única que se remonta a tiempos de Esparta. También han heredado la tradición
guerrera de los espartanos: el Imperio bizantino empleó soldados tsakonios contra sus enemigos y, a
mediados de la década de 1820, durante la revolución griega contra el Imperio
otomano, había tsakonios luchando en
vanguardia. De hecho, una de las pocas localidades griegas que los otomanos
decidieron arrasar fue Prastos, la capital tsakonia.
Según Nikos Liosis, experto en lingüística griega y tsakonia de la Universidad Aristóteles,
en Tesalónica, puede que en la actualidad no queden más que 200 hablantes de tsakonio, la mayoría de los cuales sobrepasa
los 60 o 70 años de edad. Mark Janse, profesor investigador de lingüística
griega antigua y moderna de la Universidad de Gante, en Bélgica, asegura que:
"Todavía podemos encontrar en
tsakonio moderno algunos elementos del laconio, idioma de la antigua
Esparta, tanto en vocabulario como en pronunciación. No obstante, los
conocimientos que tenemos del laconio proceden únicamente del poeta espartano
Alkman, de algunos personajes espartanos en una obra de Aristófanes y de unas
cuantas inscripciones laconias. El tsakonio
moderno supone para los estudiosos una oportunidad única a la hora de
reconstruir los elementos perdidos del idioma hablado en la antigua Esparta.
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