domingo, 22 de enero de 2012

Suiza ayudó al exterminio de los gitanos

El dedo acusador apunta a la neutral Suiza más de medio siglo después del extreminio nazi. El país helvético expuso a los gitanos al genocidio de Hitler al expulsarlos de su territorio sin miramientos durante la Segunda Guerra Mundial.

La política de exterminio del régimen hitleriano no hizo que las autoridades helvéticas cambiasen un ápice su hostilidad hacia ese pueblo nómada pese a que estaban al corriente de lo que sucedía al otro lado de la frontera. 

Una comisión de expertos dirigida por el profesor Jean-Francois Bergier documenta en un estudio de casi un centenar de páginas, la historia de una discriminación con consecuencias dramáticas para los afectados. Según la documentación reunida por los también historiadores Thomas Huonker y Rgula Ludi, las autoridades helvéticas sabían desde 1940, es decir desde el año siguiente al comienzo de la guerra, de las deportaciones de judíos y desde 1942 estaban igualmente al tanto del genocidio contra ese pueblo.

No se les trató como refugiados

De los documentos disponibles se deduce claramente que el Gobierno suizo en ningún caso reconoció a los gitanos como víctimas del Tercer Reich ni les dio tampoco el tratamiento de refugiados.

Los casos estudiados por la comisión de historiadores indican que, pese a su proclamada neutralidad, Suiza tendía a excluir de su territorio a los gitanos extranjeros, a los apátridas e incluso a gitanos nacidos en este país.

Los historiadores han llegado a la conclusión de que, salvo raras excepciones, la Confederación Helvética no acogió a ningún gitano extranjero durante los terribles años 30 y 40. La progresiva flexibilización de la política suiza hacia los refugiados, a finales de 1943, no benefició a ese pueblo, señalan los historiadores, que no tienen constancia de que ningún gitano hubiese encontrado asilo hacia el final de la Segunda Guerra Mundial.

Política de expulsión

La política discriminatoria hacia los gitanos es en cualquier caso una constante suiza desde comienzos de siglo, y el período nazi no constituye una excepción pese a que sus consecuencias fueron especialmente dramáticas, señalan los historiadores. Suiza fue en efecto uno de los primeros países que en el siglo XX llevaron sistemáticamente a la práctica una política de expulsión de los gitanos extranjeros y apátridas, lo que ocurrió a partir de 1906.

Su hostilidad hacia el pueblo gitano no acabó con la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial sino que se prolongó en la posguerra. Así, por ejemplo, la prohibición absoluta de entrada en territorio helvético que se les aplicó a partir de 1913 no fue revocada hasta 1972.

El informe incluso menciona casos de gitanos provistos de pasaporte suizo a los que las autoridades helvéticas denegaron, sin embargo, la entrada en el que era su país bajo distintos pretextos y que terminaron en los campos de exterminio.

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