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lunes, 6 de febrero de 2012

El Rey mostró "comprensión" por los golpistas del 23-F, según 'Der Spiegel'

El rey Juan Carlos expresó “comprensión, si es que no incluso simpatía” por los golpistas del 23-F de 1981. El entonces embajador de Alemania en Madrid, Lothar Lahn, informó a su Gobierno de las palabras “casi de disculpa” que el Rey dedicó a los militares sublevados contra el Gobierno de Adolfo Suárez. En una reunión privada entre el embajador y el Jefe del Estado que tuvo lugar en el Palacio de la Zarzuela el 26 de marzo, don Juan Carlos explicó a Lahn que los militares conjurados “solo querían lo mismo a lo que todos aspiramos: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la calma”. El despacho 524 enviado por Lahn a Bonn, cuyo contenido recoge el semanario Der Spiegel en su edición del lunes, se publicará íntegro en el mes de febrero.

La Casa del Rey ha dicho: "El papel del Rey para toda la sociedad española en defensa de la Constitución y de la democracia está claro". También ha indicado que "habría que ver los motivos que llevaron al embajador a hacer este cable y saber si hubo otros anteriores o posteriores y por lo tanto si su opinión varió", informa Mabel Galaz.

El Embajador alemán cuenta, además, que el monarca planeaba interceder ante el Gobierno y ante la Justicia Militar para que Antonio Tejero y los demás involucrados “no les sucediera nada demasiado grave” como consecuencia del 23-F. Porque a fin de cuentas, cita el diplomático a don Juan Carlos, los golpistas “sólo querían lo mejor”. De acuerdo con las referencias publicadas ahora en Alemania, el Rey “no expresó indignación ni repulsa hacia los actores” del golpe.

Las informaciones que el Embajador envió a Bonn denotan cierta sorpresa ante la actitud del Rey frente al complot militar. Explica que el Jefe del Estado constitucional culpaba de la intentona militar al presidente del Gobierno democráticamente elegido, Adolfo Suárez. Refiere Lahn que el Rey le detalló cómo Suárez “despreció al Ejército”. Él le había aconsejado al Presidente que “tuviera en cuenta las peticiones de los militares”. Hasta que ellos “empezaron a actuar por su cuenta”.

Lahn cuenta en su cable diplomático que el Rey se reconoció “decepcionado” por la crucial implicación del General Alfonso Armada en el intento de derrocar al Gobierno. Explica que Armada se aprovechó de su proximidad al monarca, de quién había sido secretario durante años, para hacer creer a los conjurados que actuaba con la connivencia real. En marzo, don Juan Carlos esperaba que el episodio “se olvide cuanto antes”. Expresó su convicción de que no se repetiría una intentona de ese tipo. No sólo no se ha olvidado, sino que se recuerda como la principal contribución del rey a la preservación de la democracia.

El Gobierno alemán ha desclasificado este y otros documentos diplomáticos de la época, que se publicarán en las próximas semanas en el volumen más reciente, correspondiente a 1981,de la serie “Actas de Política Exterior de la RFA”. La autobiografía del también diplomático Klaus Wilhelm Platz describe a Lothar Lahn como “uno de los más capaces y experimentados diplomáticos” con los que contaba la Oficina de Exteriores de Bonn en los años 70 del siglo pasado. Ambos compartieron destino chileno durante algunos años. Según su testimonio, Lahn “dominaba la lengua española”. Esto le habría permitido departir en castellano con el Rey.

¿Por qué, se preguntan en Der Spiegel, contó el Rey todo esto a un diplomático alemán? Proponen que, quizá, lo hizo confiando en su discreción. O tal vez para quitar hierro a la situación y contribuir a que la democracia española recuperase algo del prestigio perdido. También es posible que creyera, con razón o sin ella, que su interlocutor pensaba igual. Lothar Lahn fue embajador de la RFA en España entre 1977 y 1982. Cuando se reunió en el monarca, el diplomático tenía 59 años. Lahn tenía experiencia con golpistas: había representado a su país en Chile en los años del Golpe militar de Augusto Pinochet en 1973. Murió en 1994.

viernes, 27 de enero de 2012

La segunda última oportunidad para juzgar a los cómplices del Holocausto

“Creo que dentro de cinco años ya no se podrá juzgar a nadie”. Con el realismo que da saber que el tiempo es inexorable, Efraim Zuroff director del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén apunta la fecha en que podrá darse por concluido el que tal vez sea el mayor esfuerzo realizado nunca, por amplitud y duración, para tratar de llevara ante la justicia a quienes cometieron un crimen concreto contra la humanidad. Los hombres y mujeres que, amparados y espoleados por el régimen nazi, participaron en el asesinato de seis millones de judíos. Un crimen que marcó el siglo XX y que hoy se conmemora en todo el mundo en el Día de la Memoria del Holocausto.

Al final ha sido el tiempo el mejor aliado de miles de cómplices del Holocausto y la lucha por localizar a los culpables se ha convertido en una carrera contra el reloj. Hace poco más de un mes, el Centro Simon Wiesenthal lanzó la Operación Última Oportunidad II, una especie de tiempo de descuento en búsqueda de la justicia. El último minuto —la Operación Última Oportunidad— comenzó en 2002. “Recibimos más de 4.000 llamadas fiables”, explica Zuroff, quien subraya que “no valía con llamar y decir ‘tengo un vecino de unos 90 años con acento alemán que podría haber estado implicado”. Las informaciones eran filtradas y contrastadas. “Cada llamada tenía que pasar un triple filtro: la información debía ser fiable, el sospechoso tenía que estar en condiciones físicas y mentales de ser sometido a juicio y además no debía haber sido procesado antes por los mismos hechos”, explica.

Los resultados fueron sorprendentes. En nueve años, fueron localizados casi 600 sospechosos firmes, de los cuales, tras reunir pruebas, un centenar fue acusado ante las autoridades de los países en los que residían. “La verdad es que tuvimos mucha colaboración de las autoridades locales por ejemplo en Italia, Alemania, Francia o EEUU”.

Pero desde el fin de la II Guerra Mundial uno de los mayores problemas para jueces y fiscales ha sido probar que los acusados por el Holocausto estaban directamente implicados en los crímenes. Hay multitud de ejemplos, como el de Erich Lachman, un albañil reconvertido en guardián del campo de concentración de Sobibor (en Polonia) acusado de colaborar en la muerte de 150.000 judíos, pero absuelto por falta de pruebas. “Eso cambió completamente con el caso Demjanjuk”, indica Zuroff. En mayo de 2011, Ivan Demjanjuk, quien entre marzo y septiembre de 1943 ejerció como guardián voluntario del campo de Sobibor fue condenado en Múnich a cinco años de cárcel, pese a no haberse probado su relación directa con un crimen concreto. Para el tribunal bastó la pertenencia a los grupos de guardianes de un lugar donde la muerte era algo rutinario. Allí murieron exterminados 250.000 judíos. “Esta sentencia cambia todo”, recalca Zuroff en cuya opinión todavía quedan docenas de casos que pueden ser llevados ante los tribunales, especialmente de Alemania. El caso Demjanjuk ha supuesto esa prórroga añadida en la búsqueda de culpables a la que Simon Wiesenthal, superviviente de Mauthausen, dedicó su vida.

¿Y después de esos cinco años? “Ya nos estamos dedicando a otras actividades sobre todo combatir el antisemitismo desde la educación”, afirma Zuroff, que añade. “Diría que estamos pasando de las aulas del juzgado a las aulas de la escuela”.

jueves, 26 de enero de 2012

Diez años de la OTAN en Afganistán


La invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos hace diez años dio lugar a una prolongada ocupación del país. El estancamiento en la resolución del conflicto parece acercarse a un punto de inflexión. Es difícil predecir los acontecimientos, pero ya nadie cree en la victoria de la OTAN. Los más pesimistas presienten la expansión del conflicto a nivel regional.

Antecedentes

Estados Unidos contó con el respaldo de la comunidad internacional y de la ONU, que consideraron probados los vínculos de Al Qaeda con los talibanes y, por tanto, quedaba formalmente justificada una acción de legítima defensa por parte de Estados Unidos contra Afganistán. El Consejo de Seguridad de la ONU legitimó el ataque con la designación de una fuerza de intervención, la ISAF, bajo cuya cobertura se desplegarían las acciones militares y la ocupación del país, a partir de finales de diciembre de 2001.

El objetivo oficial de la invasión de Afganistán era encontrar al líder de Al Qaeda, Osama Ben Laden, al mismo tiempo que se derrocaba al impopular régimen talibán. La operación "Libertad Duradera" se puso en marcha el 7 de octubre de 2001 con la participación de los ejércitos de Estados Unidos y Gran Bretaña, apoyados por una pequeña fuerza multinacional, y por la Alianza del Norte, un grupo opositor afgano a los talibanes. También prestaron su cooperación en cuestión de infraestructura numerosos Estados del entorno, como Rusia e Irán. Tras varios días de bombardeos que desarticularon las fuerzas militares de los talibanes, las tropas de la Alianza del Norte pudieron avanzar sobre Kabul. Finalmente, la capital fue tomada el 13 de noviembre de 2001.

Hamid Karzai.
A pesar de la victoria, Ben Laden no fue capturado. Se nombró un nuevo gobierno afecto a Estados Unidos y dirigido por Hamid Karzai.

Con el paso del tiempo se ha demostrado la debilidad de este gobierno títere, que apenas controla el territorio de Kabul y sus alrededores, por lo que la presencia militar aliada permaneció en el país. La OTAN asumió el control de la ISAF a partir de 2003. A partir de 2005, la situación comenzó a degradarse seriamente. A medida que creció la oposición al gobierno de Kabul, aumentó la fuerza de los talibanes, que regresaron a controlar regiones del país y llevaron a cabo una guerra de guerrillas contra las fuerzas de la OTAN. Este hecho obligó a la OTAN a incrementar paulatinamente sus efectivos en el Estado asiático.

Las elecciones de noviembre de 2009 estuvieron rodeadas de la polémica por las acusaciones de fraude. La oposición renunció a presentarse a la segunda vuelta de las elecciones, lo cual supuso la reelección automática del presidente Karzai. El riesgo de que el descontento pudiera extenderse en forma de conflicto armado hacia el norte, donde los líderes de la Alianza del Norte, excluidos por el gobierno de Karzai, están rearmándose y cuentan con el apoyo de Rusia y China, se hizo más patente. El fracaso de la solución política de Washington para Afganistán era patente. Estados Unidos no había valorado el largo plazo y sólo buscaba obtener ventajas inmediatas que se demostraron ilusorias.
Talibanes.

Afganistán se ha convertido en el ejemplo de un Estado fallido. La corrupción afecta a todos los niveles, y de alguna u otra manera, a todos los actores implicados en el conflicto. El negocio del cultivo y tráfico de la heroína financia tanto a los talibanes como al gobierno. En el norte, la Alianza del Norte no reconoce la autoridad de Kabul y adopta una actitud de indiferencía hacia las políticas del gobierno. En el sur y el este, los talibanes han resurgido y controlan todo el territorio a ambos lados de la frontera "AfPak" (Término acuñado por los funcionarios del Departamento de Estado y el Pentágono para referirse al teatro de operaciones de Afganistán y Pakistán). Los talibanes mantienen una actitud hostil frente a Kabul y están resistiendo a todas las ofensivas militares que se han lanzado desde Afganistán, por parte de las tropas de la OTAN, y desde Pakistán, por parte del ejército pakistaní en las regiones de Swat (2009) y Waziristan (2010).

La Región

Más allá de las consecuencias para Afganistán, el conflicto está desestabilizando toda la región. Su vecino Pakistán se halla inmerso en un caos que parece anunciar una guerra civil. Pakistán se unió a la guerra contra el terrorismo que proclamó Washington desde el primer momento. Sin embargo, esta decisión del gobierno de Musharraf fue ganando impopularidad entre los pakistaníes. Sobre todo los partidos islamistas y conservadores se distanciaron del gobierno en su decisión de aliarse en el conflicto con Estados Unidos. Esto provocó diferentes revueltas y atentados terroristas de inspiración islamista en el país. El atentado de mayor relevancia política fue el asesinato de la candidata a la presidencia, Benazir Bhutto, en 2007. Musharraf impuso el orden marcial para controlar la situación. Sin embargo, en el verano de 2008 se vio obligado a dimitir. El nuevo gobierno de Ali Zardari, el viudo de Bhutto, tomó el relevo con una política netamente pro-occidental. Pakistán permanece alineado con Estados Unidos, pero la guerra contra los talibanes y sus consecuencias están incrementando la tensión interna en el país.

La situación de inestabilidad en AfPak llevó al gobierno de Estados Unidos a replantearse su estrategia. En enero de 2010 se celebró la Conferencia de Londres y en julio de 2010 la Conferencia de Kabul, donde se trató de llegar a un acuerdo con un sector de los talibanes para que participaran en la administración del Estado, a cambio de la pacificación del territorio. Con este planteamiento, Washington admitió la incapacidad de la OTAN para derrotar a los talibanes militarmente. Para conseguir una posición de fuerza en las negociaciones y dar una imagen positiva ante la opinión pública, la OTAN desencadenó, a lo largo de 2010, esporádicas ofensivas, coordinadas con el ejército de Pakistán, contra las bases de los talibanes cerca de la frontera con Pakistán.

Intereses estratégicos globales

Afganistán no dispone de importantes recursos que sean codiciados por las grandes potencias. Excepto algunos yacimientos minerales, las prospecciones no han hallado un tesoro energético como poseen algunos Estados vecinos de Asia Central, como por ejemplo Turkmenistán. La importancia estratégica de Afganistán, por lo tanto, no radica en sus fuentes de recursos, sino en su posición geográfica central. El territorio de Afganistán es por donde se pretende que discurran oleoductos y gasoductos que distribuyan estos recursos desde Asia Central hasta las costas del mar Arábigo, desde donde podrán ser transportados en barco a lejanas regiones del planeta. En concreto, el territorio de Afganistán se ha revelado insustituible para Estados Unidos y su aliada la Unión Europea, ya que quieren evitar a toda costa la otra posible ruta alternativa para los oleoductos. Esta ruta alternativa a Afganistán atravesaría el territorio de Irán, el archi-enemigo de Washington. Para evitar esta dependencia energética de Teherán, Estados Unidos y la Unión Europea han invertido, sin éxito, cuantiosos recursos en pacificar Afganistán.

Existe el proyecto de construcción del oleoducto Turkmenistán-Mganistán-Pakistán-India (TAPI), que distribuiría el gas desde el este de Turkmenistán a través de Afganistán hasta la costa pakistaní en el mar Arábigo y la India. El otro es el oleoducto Irán-Pakistán-India (IPI), al cual se opone Estados Unidos, por participar Irán. China apoya ambos proyectos y ha proporcionado fondos y conocimientos técnicos para construir un puerto de aguas profundas en Gwadar (Pakistán) y así, además, contar con una terminal de tránsito para las importaciones de crudo procedentes de Irán y Africa.

La disputa por los recursos en la región entre las grandes potencias ha situado a este escenario como protagonista del panorama internacional en los últimos años. La estrategia de Estados Unidos de afirmar su hegemonía, invadiendo Afganistán, parece no haber funcionado. El ejército estadounidense sólo controla algunas áreas de el territorio y no ha sido capaz de acabar con la resistencia de los diferentes grupos guerrilleros. Esta situación de inestabilidad ha animado la codicia de las potencias competidoras y ha elevado la tensión en una región donde cuatro Estados cuentan con capacidad nuclear, Rusia, China, India y Pakistán.

Las potencias asiáticas

China ha jugado sus cartas en la región a través de inyecciones masivas de IDE. El programa de inversiones del "Gran Oeste" que pretendía desarrollar regiones enteras del territorio occidental de China, se hizo extensivo a los Estados vecinos de Asia Central. El gobierno chino ofrece a los gobiernos de la región la construcción de importantes infraestructuras, a cambio de concesiones de explotación de los recursos naturales a sus corporaciones. De Afganistán obtiene minerales, mientras que de Tayikistán, Turkmenistán e Irán obtiene gas y petróleo. Esta política le ha generado un importante éxito a Pekín, que ha incrementado notablemente su influencia en la región en los últimos años.

Ali Zadiri
Ali Zardari, el viudo de Bhutto, es presidente de Pakistán desde 2008 y partidario de Estados Unidos. Washington está intentando que Pakistán asuma un mayor compromiso en la pacificación de Afganistán y contrarreste la posible influencia de Irán. A cambio, Pakistán se beneficiaría económicamente de la construcción de los oleoductos que unirían Asia Central con el mar de Arabia. Sin embargo, si Pakistán bascula demasiado hacia Estados Unidos se arriesga a debilitar sus vínculos históricos con China y a excitar el anti-americanismo interno, muy presente en el país. Esta situación esquizofrénica está dirigiendo al país hacia el camino de una guerra civil. India ha definido su estrategia en la región como respuesta a la creciente influencia de China y a las maniobras de Pakistán en Afganistán. El gobierno indio ha invertido importantes sumas de dinero en proyectos de cooperación en Afganistán, a través de numerosas organizaciones de cooperación indias que se han desplegado sobre el terreno. Proyectos que abarcan desde la construcción de infraestructuras a la mejora de los servicios a la población y que situaron a Nueva Delhi omo uno de los principales donantes internacionales a Afganistán. India quiere favorecer la estabilidad y la transición en Afganistán hacia un régimen moderado y alejado de la influencia pakistaní11. Por otra parte, India no ve con malos ojos el restablecimiento de la influencia rusa en la región, siempre y cuando no vaya asociada al establecimiento chino. De igual forma, parece dispuesta a favorecer a Irán en detrimento de Pakistán.

Irán ejerce una influencia creciente sobre parte de la población en Afganistán y Tayikistán. La enemistad de su gobierno con el de Estados Unidos ha situado al Estado persa en el centro de la diana de las amenazas más fuertes que está lanzando Washington. Estados Unidos no puede permitir que Irán se erija en una potencia regional que pueda arrastrar a otros Estados a la formación de un sistema de seguridad y comercial autónomo de la influencia de Washington. Tal es así que parece ser que Estados Unidos contempla la posibilidad de un ataque militar contra Irán para evitar que surja este hipotético escenario.

En cambio, Irán está contando, hasta la fecha, con el respaldo de Rusia y China. En los planes de China para abastecerse de petróleo y gas en la región de Asia Central, Irán juega un papel importante como suministrador y aliado. Rusia también pretende ampliar su área de influencia en la región y la alianza con Irán supondría su acceso al Golfo Pérsico, región controlada por Estados Unidos en las últimas décadas. Esto sería un logro que ni siquiera la Unión Soviética alcanzó. Por este motivo, China y Rusia han incluido a Irán como Estado observador en la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai (alianza militar organizada por Rusia y China), es decir, en su estrategia de seguridad. Por tanto, si Estados Unidos ataca a Irán se arriesga a una intervención de la OCS como respuesta.

Estados Unidos y la Unión Europea

En la situación actual, Estados Unidos y la Unión Europea parecen haber perdido la iniciativa que ha pasado a Rusia y China. La estrategia china y rusa basada en la diplomacia y las negociaciones comerciales ha tenido mayor éxito que las acciones militares de los occidentales. Particularmente delicada es la situación de la Unión Europea, que además de la hegemonía mundial se juega el abastecimiento de recursos energéticos en el futuro. Lo mismo le ocurre a China, pero en el caso de la Unión Europea la alianza con Estados Unidos le ha sido más perjudicial que beneficiosa.

Al alinearse con Estados Unidos, la Unión Europea aceptó implícitamente el antagonismo de Rusia e Irán, en lugar de buscar el acercamiento y unas relaciones comerciales cordiales. Esta irreflexiva estrategia ata los destinos de la Unión Europea y Estados Unidos. De tal forma que, si Washington provoca el conflicto abierto con los orientales, la Unión Europea se encontrará, de nuevo como en la Guerra Fría, en la primera línea del frente y sin recursos energéticos, ya que Estados Unidos no puede garantizar su abastecimiento a Europa. Además, se puede provocar la defección de Turquía, aliado de la OTAN, pero que ha comenzado una política independiente en la región tras haber sido rechazado su ingreso en la Unión Europea

miércoles, 25 de enero de 2012

Vendida la máscara mortuoria de Stalin

Los moldes de yeso se realizaron justo tras la muerte del dictador ruso en 1953
La máscara mortuoria de Stalin.


Una máscara mortuoria en bronce de Joseph Stalin y reproducciones de sus manos realizadas en el mismo material fueron vendidas ayer en una subasta en el Reino Unido por 5.280 euros.

Las piezas partían de un precio estimado de entre 3.590 y 5.980 euros por la casa de subastas Mullock's, situada en el condado de Shropshire, que organizó la venta.

Las obras habían sido compradas por un marchante de arte en Moscú en 1990 y pertenecían a un coleccionista particular que decidió desprenderse de ellas.

La máscara de Stalin incluye el célebre bigote del mandatario soviético y sus cabellos peinados hacia atrás. «Las reproducciones de sus manos muestran que la izquierda estaba liberamente deformada, un aspecto que los retratos oficiales disimulaban cuidadosamente», según Richard Westwood-Brookes, un experto de Mullock's.

Los moldes de yeso de su rostro y sus manos se realizaron justo tras la muerte del dictador en 1953. Con ellos se realizaron dos máscaras de bronce, una de las cuales se vendió ayer en la subasta. La otra fue vendida por Sotheby's a comienzos de los años 90.

lunes, 23 de enero de 2012

Vuelve el Mein Kampf a Alemania


Un periódico incluirá un cuadernillo con un resumen del 'Mein Kampf'

Copia de lujo del Mein Kampf
El próximo 26 de enero, Alemania vivirá una primicia periodística que volverá a confrontar al país con el capítulo más oscuro de su historia reciente. Ese día, y si la Justicia lo permite, los ciudadanos germanos podrán contemplar y comprar un periódico semanal que ilustrará su portada con una foto de Adolf Hitler, el dictador que prometió un paraíso imaginario que debía durar mil años, y que ofrecerá al lector un cuadernillo con un apretado resumen de 15 páginas de la biblia del nazismo: «Mein Kampf».

La decisión, además de histórica, tiene una connotación legal que puede acabar con la batalla solitaria del Ministerio de Finanzas del Estado de Baviera, que heredó -gracias a una sentencia dictada el 15 de octubre de 1948- todos los bienes que pertenecieron al dictador, incluido la editorial del partido nazi, Franz Eher. Desde entonces, los funcionarios de la región llevan a cabo una inédita batalla para impedir, con un éxito relativo, que la obra magna del Führer vuelva a ser editada en el planeta.

Pero las nuevas tecnologías acabaron con el celo de las autoridades bávaras y, ahora, cualquier neonazi aficionado, puede leer el libro en Internet. ¿Fue este el aspecto que convenció al editor inglés, Peter McGee, a desafiar las leyes alemanas y sacar a la venta una edición de su diario 'Zeitungszeugen', con un fascículo comentado del libro «Mein Kampf»? McGee ya desafió a las autoridades germanas en enero de 2009, cuando inició la venta de su rotativo con facsímiles de periódicos que se leían en el Tercer Reich. El éxito fue total, pero la reproducción de diarios como el «Völkischer Beobachter» de la editorial nazi Die Angriff' impulsó a los bávaros a tomar una decisión que causó un escándalo: requisaron el periódico.

La medida llegó a los tribunales, donde un juez dio la razón al editor inglés, que logró vender más de medio millón de ejemplares entre 2009 y 2010. Después de un pausa que duró otros doce meses, Zeitungszeugen -que en español podría llamarse «Periódico Testigo»- reinició la aventura el pasado 4 de enero con una nueva edición. Para su regreso a los kioskos recurrió a la reproducción de tres periódicos de la época que anunciaban en grandes titulares una noticia que provocó alegría en Alemania y preocupación en Europa: la designación de Hitler como canciller.

Los 100.000 ejemplares desaparecieron de los kioscos a los pocos días y ahora el país se prepara para recibir la primera venta de un fascículo del libro prohibido «Mein Kampf», para regocijo de los nietos del dictador y temor de un vasto espectro de la sociedad germana, que teme que la difusión de «Mi Lucha», reviva una polémica que parecía enterrada en el país.

El escándalo, sin embargo, no parece preocupar al editor británico. «El libro es una verdadera porquería», dijo McGee a la revista 'Der Spiegel'. «Todos conocemos el poder oscuro de ese texto pero nadie lo ha leído. El aura de lo prohibido lo ha convertido en un mito», reconoce el editor inglés, que en su nueva iniciativa goza del apoyo del Consejo Central de los judíos en Alemania.

sábado, 21 de enero de 2012

Muro de Berlín

La mañana del 13 de agosto de 1961, y a pesar de las declaraciones del Jefe de Estado de la RDA, Walter Ulbrich, los berlineses vieron aparecer, por sorpresa y en apenas unas horas, el muro de hormigón que les separaría durante tres décadas


Imágenes de los primeros momentos de la construcción, 13 de agosto 1961.
Tan rápida y repentina fue su caída en 1989, como lo fue su construcción en 1961. De la noche a la mañana, allí apareció, como de la nada. «Nadie tiene la intención de construir un muro», había asegurado a la prensa el Jefe de Estado de la RDA, Walter Ulbrich, tan sólo dos meses antes. Pero la fuga de ciudadanos del Berlín Este a la Alemania Oriental se había vuelto incontenible: en 1959, 143.000 personas; en 1960, 199.000; en 1961, la media mensual de huidos fue de 30.000, y en la primera quincena de agosto, de 2.000 al día. Casi 2,7 millones desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial.

De madrugada, por sorpresa


Varios miles de policías fronterizos habían comenzado el trabajo de madrugada levantando el pavimento de las calles que conectaban el este y el oeste de Berlín, y construyendo con ellos barricadas defensivas. Después cortaron el tráfico de vehículos e interrumpieron todos los medios de transporte públicos.


Obreros construyendo el muro.
Aquello solo fue el primer golpe de una construcción que, durante los siguientes años, fue sufriendo continuas reestructuraciones y ampliaciones que la convirtieron en una verdadera obra de ingeniería bélica contra la fuga de personas, donde los avances tecnológicos estaban presentes. A las planchas de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura –que abarcaban más de 1.000 kilómetros con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia–, se fueron sumando kilómetros y kilómetros de rejas de contacto que disparaban una alarma o una descarga eléctrica al que se acercara a ellas, torres de disparo automático operadas por células electrónicas, 131 bunkers, 272 áreas con perros policía o una «franja de control» («franja de la muerte») perfectamente iluminada y vigilada por 289 torres con policías armados que, por si acaso, se encontraba además sembrada de minas antipersona.

La construcción fue  calificada como la «obra de albañilería más criticada de la historia reciente», que dio pie no sólo a que muchas familias cuya casa se encontraba en la línea de construcción del muro fueran desalojadas, sino a que más de 100 ciudadanos de Berlín Este murieran en un intento desesperado de cruzar al otro lados. Aproximadamente la mitad a causa de los disparos.

Peter Fechter, el primer martir

Peter Fechter, tirado en el suelo tras ser disparado.
El más famoso fue precisamente el primero que lo intentó, el 17 de agosto de 1962, justo un año después: Peter Fechter, un obrero alemán de 18 que, junto a un amigo, se escondió en un taller cercano para atravesar la «franja de la muerte» y tratar de saltar la pared cercana al Checkpoint Charlie. Su amigo lo consiguió; el recibió un disparo en la pelvis que le hizo caer de nuevo en la franja, donde, a pesar de sus gritos, estuvo agonizando a la vista de los periodistas y vecinos, que no se atrevieron a rescatarle.

El Checkpoint Charlie es hoy punto de visita obligado para los turistas y centro de un Museo del Muro, al igual que la antigua estación de Friedrichstrasse, donde antiguamente el muro seccionaba los andenes, marcando el punto de destino para los berlineses orientales y de salida para lo occidentales. Tan cerca… y tan lejos.

martes, 10 de enero de 2012

El corralito

En 2001 el gobierno argentino limitó a sus ciudadanos la retirada de dinero de los bancos. Aquélla fue una de las muchas medidas impopulares contra la crisis.


Fernando de la Rúa
Hace diez años, el 20 de diciembre de 2001, el presidente argentino Fernando de la Rúa abandonó la Casa Rosada "en helicóptero y entre lágrimas", según detalló la prensa local, minutos después de firmar su renuncia. Tan solo tres horas antes se había dirigido a la nación en un mensaje televisado asegurando que no dejaría su puesto, llamando a la unidad y convocando a un diálogo abierto a la oposición, que rechazó la propuesta por tardía. Mientras el helicóptero se elevaba, abajo podía verse una muchedumbre en la plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno, y a la policía a caballo que cargaba contra ella debido al estado de sitio decretado por el presidente la noche antes. La gente vociferaba entre sirenas y balazos: "¡Que se vayan todos!". Su indignación con la clase política obedecía a una debacle económica que se remontaba a mucho antes de De la Rúa. Pero había estallado ese diciembre, cuando millones de ciudadanos se encontraron con que no podían retirar su dinero del banco debido al "corralito", una restricción que marcó el climax de "la peor crisis financiera en la historia argentina", de 1998 a 2002, como la calificaron los medios.

El respiro del 1 a 1

Carlos Menem
Sus orígenes, paradójicamente, pueden situarse en el respiro que supuso una ley de 1991. Con ella, Domingo Cavallo, ministro de Economía del entonces flamante presidente peronista Carlos Menem, fijó la paridad cambiaría entre la moneda nacional y el dólar en una relación estable de 1 a 1. De este modo, detuvo la hiperinflación que había aquejado al país durante el mandato de Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical (UCR), el partido de De la Rúa, y devolvió la confianza en la divisa local. La convertibilidad fue vista como un milagro por una sociedad resignada a oscilaciones incesantes. De repente, se podía ahorrar e invertir en pesos, poner dinero a plazo fijo sin esperar devaluaciones, viajar al exterior gracias al conveniente tipo de cambio o adquirir artículos importados antes prohibitivos. Pero la paridad escondía una cara amarga. 

Para seguir engrasada, necesitaba un flujo permanente de dinero hacia el país. Esto se consiguió atrayendo grandes capitales extranjeros mediante la privatización de los deficitarios servicios públicos y liberalizando el comercio internacional. La entrada de capital también se buscó formando el mercado común del Mercosur con Brasil, Uruguay y Paraguay y acudiendo a préstamos y moratorias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, serían soluciones nefastas. Aunque el producto interior bruto (PIB) creció al año un 8% (la cuarta tasa más alta del mundo entre 1991 y 1994), la deuda externa se duplicó. Además, parte de los ingresos de las privatizaciones fue a parar a los bolsillos de funcionarios corruptos. Por su parte, los principales socios comerciales latinoamericanos desaceleraron las transacciones, debido a sus propias crisis económicas. Y el cambio fijo con la moneda de Estados Unidos supuso un mazazo para la industria nacional, incapaz de competir sin protección estatal con las importaciones, que, además, produjeron una salida masiva de dólares al exterior.

Una herencia desastrosa

Este panorama comenzó a hacerse visible en la segunda legislatura de Menem, a mediados de los noventa. En aquel entonces regresaron viejos fantasmas como el desempleo y la consecuente pobreza, o una economía en negro rampante ante la deriva de la oficial, también lastrada por crisis globales como la del Efecto Tequila mexicano o la asiática. De ahí que, en 1998, comenzase una recesión tras casi una década de prosperidad aparente. Al año siguiente hubo elecciones, y la desilusión con el modelo neoliberal de Menem otorgó la victoria a Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación, formada por la UCR de De la Rúa y una confederación de diversos partidos, el Frepaso. El nuevo gobierno heredó una situación calamitosa, marcada por el paro, un elevado déficit público, la contracción del comercio internacional y una abultada deuda exterior.

Temeroso de abolir el 1 a 1 del peso con el dólar, De la Rúa intentó reducir las perdidas públicas aumentando los impuestos a las clases acomodadas. Quiso también oxigenar las finanzas estatales negociando con el FMI el llamado "Blindaje", una moratoria por unos cuarenta mil millones de dólares. No obstante, la primera medida asfixió una tímida reactivación del sector privado y la segunda incrementó la deuda externa.

El primer ministro de Economía del gobierno dimitió y, tras el breve paso de otro por la cartera, llegó el tercero, el artífice de la convertibilidad peso-dólar. Cavallo asumió el cargo en marzo de 2001, un mes después de desatarse una fuga al extranjero de fondos bancarios. Pese a ello, fue recibido con esperanza por su pasada hazaña contra la hiperinflación. Trató de recuperar la confianza solicitando otra ayuda al FMI (el "Megacanje", por unos treinta mil millones de dólares) e inspirando leyes como la del "Déficit cero", que limitaba el gasto público, y la "Intangibilidad de los depósitos", que protegía la inversión privada.

Sin dinero en circulación

Domingo Cavallo
Pero estas medidas cayeron en saco roto ante señales tan elocuentes de la envergadura de la crisis como casi cinco millones de parados (en torno al 13,5% de la población), 132.000 millones de dólares de deuda pública o 20.000 millones de dólares menos en los bancos, todas cifras récord. La tendencia se agravó a finales de noviembre, cuando grandes capitales y pequeños ahorradores corrieron a retirar sus fondos de las entidades. Desesperado ante un probable colapso del sistema financiero, Cavallo anunció el 2 de diciembre la instauración por decreto de un remedio extremo, el corralito. De la noche a la mañana, los argentinos se encontraron con que no podían sacar del banco más de doscientos cincuenta pesos en efectivo a la semana. Podían pagar con cheques o tarjetas de crédito, pero el líquido estaba encerrado bajo llave en las arcas de las entidades. Todo ello sucedió en un país con una dosis importante de economía sumergida, necesitada de billetes, y que aguardaba de un momento a otro la ruptura de la paridad con el dólar, una devaluación. La bancarización obligatoria de las operaciones logró su propósito de evitar el pánico financiero. Pero esta "violación del principio de propiedad privada", como la definió un especialista, motivó un rechazo social sin precedentes.

Cacerolas a la calle

La clase media, tradicionalmente pasiva, manifestó su malestar con caceroladas multitudinarias a diario. No tardó en haber incidentes en las sucursales bancarias y las sedes de multinacionales, que debieron blindar sus fachadas por las agresiones. A mediados de mes habían proliferado los saqueos de supermercados y tiendas en las zonas deprimidas del cinturón de Buenos Aires. El presidente De la Rúa, desbordado, impuso el estado de sitio el día 19. Sin embargo, la represión policial, transmitida en directo por televisión, agrió aún más las protestas. Con epicentro en la plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, una muchedumbre exigió el cese inmediato del gobierno el 20 de diciembre. Otro tanto sucedía en diversos puntos de la capital, sus alrededores y las provincias. La ciudadanía supo que había hecho valer su voz cuando vio elevarse el helicóptero presidencial a las 19.52 h. Más tarde, sin embargo, sabría que las dos jornadas del estallido se habían cobrado la vida de 39 personas, incluidos nueve menores de edad. 


UNA POTENCIA A LA DERIVA

Las oscilaciones económicas previas a la crisis del corralito.

  • LA EDAD DE ORO  La economía argentina se expandió a una media del 5% anual entre finales del siglo XIX y principios del XX. Este aumento exponencial hizo del país el más próspero del hemisferio sur y el sexto del mundo por su PIB. Los ingresos per cápita eran similares a los de Alemania o Francia.
  • COMIENZAN LOS PROBLEMAS Pese a esta riqueza, la república experimentó serios vaivenes a partir del primer golpe de Estado militar en 1930. Desde entonces se alternaron débiles gobiernos democráticos y autocracias castrenses que marcaron rumbos económicos muchas veces contradictorios. Estos, a su vez, quedaron lastrados por la inflación tras la Segunda Guerra Mundial.
  • LOS NEGROS AÑOS SETENTA En los setenta se agravó la situación. La inflación alcanzó los tres dígitos y hubo una fuerte devaluación durante el caótico mandato de Isabel Perón, Tras él, la cruenta dictadura de Videla aplicó un programa neoliberal que promovió la especulación financiera, desmanteló el tejido productivo (cerraron unas cuatrocientas mil empresas] y sextuplicó la deuda externa (de unos siete mil novecientos millones de dólares en 1975 a más de cuarenta y cinco mil millones en 1983).
  • INFLACIONES RÉCORD Las cosas no mejoraron con la restauración democrática. El presidente Alfonsín intentó estabilizar ía economía con los planes Austral y Primavera, avalados por el FMI. Pero ambos fracasaron: en 1989, el último año de este gobierno, hubo una hiperinflación del 3.080%.
  • UN CABALLO DE TROYA  La crisis crónica elevó el paro a los dos dígitos y redujo los sueldos a casi la mitad. La falta de confianza en la economía local derivó en una fuga masiva de capitales e intensificó el papel del dólar como tabla de salvación. Este panorama desolador se neutralizó en los noventa con la política cambiaría del 1 a 1, un auténtico caballo de Troya que contribuyó a la recesión de 1998 y, finalmente, al "corralito".

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Centenario del nacimiento de Ronald Reagan

Aprincipios de la crisis que nos asóla algunos invocaron al 40° presidente estadounidense. A Ronald Reagan (1911-2004) se le culpaba de impulsar una liberalización excesiva cuyo precio estaríamos pagando hoy. El debate sobre su papel continúa, aunque el republicano, desde luego, abogó por el mínimo intervencionismo estatal en la economía de su país. Su credo, que se ganó el nombre de "Reaganomics", se concretaba en una disminución de los impuestos, la reducción del gasto público y la desregulación del sistema financiero. Fuera como fuese, Estados Unidos salió durante su mandato de una frustrante mezcla de recesión e inflación, mientras en política exterior veía el principio del fin de la guerra fría. Como demuestran las encuestas, para los estadounidenses, la de Reagan fue una de las mejores presidencias de la historia (1981-89). No sorprende que la National Portrait Gallery de Washington le dedique una muestra imponente en el centenario de su nacimiento.


No siempre fue así

Inicialmente considerado un actor de segunda metido a político, casi todo el mundillo intelectual le subestimó. La revista Time, por ejemplo, le nombró "hombre del año" tras su victoria sobre Jimmy Cárter en las elecciones de 1980, pero dijo que "había tenido suerte". Era fácil considerar su pasado profesional como un mal currículo en su nueva etapa como estadista. Sin embargo, sus dotes comunicativas, desarrolladas en sus inicios como locutor deportivo de radio (en la emisora WHO de Des Moines, Iowa, 1934-37) y en su trabajo en Hollywood, se revelaron cruciales. Por otra parte, su bagaje iba mucho más allá de las producciones de serie B. Ya desde principios de los años cuarenta afiló sus habilidades negociadoras involucrándose en el gremio de actores. En los cincuenta trabajó para General Electric, presentando su programa de televisión y ejerciendo como portavoz en visitas a sus más de cien plantas en todo el país. Reagan redactó sus propios discursos para estos tours y escuchó a infinidad de trabajadores de GE. Fueron unas inestimables tablas políticas. Tras su entrada en el Partido Republicano, fue elegido por dos veces gobernador de California. El siguiente salto le llevó a la Casa Blanca.

Su campechania
Su optimismo en las intervenciones públicas y su firmeza en política exterior le granjearon unos elevados niveles de confianza entre la ciudadanía. Hasta el punto de que ni siquiera el escándalo del Irangate afectó a su imagen. Nada malo se "pegaba" a Reagan. Por eso la congresista demócrata Patricia Schroeder le llamó en su día "el presidente teflón".

sábado, 3 de diciembre de 2011

El espionaje alemán destruyó en 2007 actas sobre el pasado nazi de sus agentes

El servició contrató como agentes entre 1945 y 1948 a personas que ocuparon cargos relevantes durante el nazismo, por lo que podrían estar implicadas en crímenes de guerra

Los servicios de espionaje alemanes (BND) destruyeron en 2007 centenares de actas relacionadas con el pasado nazi de algunos de sus agentes, según informó hoy una comisión de expertos constituida para investigar la historia del departamento.

De acuerdo con sus conclusiones, fueron destruidas unas 250 actas personales de miembros de ese servicio que anteriormente ocuparon posiciones relevantes en estamentos nazis, indicó el catedrático de Historia Klaus-Dietmar Henke, portavoz de la comisión. El material perdido corresponde aproximadamente a un 2 por ciento del total de las actas evaluadas, explicó el catedrático, según el cual hasta ahora tampoco se ha podido determinar si los documentos se destruyeron explícitamente con el propósito de hacer desaparecer material comprometedor. «Es una pérdida lamentable, desde la perspectiva del estudio histórico», indicó Henke, quien considera posible que tal destrucción se hiciera por considerar esos documentos irrelevantes para los archivos.

La comisión instó a los responsables del BND a esclarecer lo ocurrido y a tratar de recuperar ese material a través de los testimonios de los propios afectados y otros testigos. El BND encargó el estudio del pasado del departamento a una comisión de historiadores, que empezó su trabajo a principios de año. El capítulo principal de esas investigaciones corresponde al periodo entre 1945 y 1968, en el que el servicio reclutó como agentes a personas que ocuparon cargos relevantes durante el nazismo, principalmente como espías, pero también en las SS y la Gestapo y, por tanto, podrían estar implicadas en crímenes de guerra.

martes, 15 de noviembre de 2011

El culto a Mussolini crece en Italia

El código de vestimenta era negro riguroso. Los cantos eran nostálgicos, un popurrí de obviedades fascistas salpicado de entrecortados estallidos de “Duce, Duce, Duce” que fueron silenciados cuando el desordenado desfile entró al cementerio de Predappio, un poblado del centro de Italia, a finales del mes pasado para llegar a su meca: la tumba del ex dictador fascista Benito Mussolini.

“¿Por qué, por qué vienen aquí, quién es este hombre Mussolini?'”, preguntó el celebrante, Giulio Tam, sacerdote de la Sociedad de San Pío X, secta tradicionalista de católicos que rompió con el Vaticano hace 20 años. 

“Venimos a agradecerle a este hombre por la idea más europea, más mediterránea y más original de todas”, respondió Tam, figura familiar en círculos conservadores, antes de empezar a recitar el rosario.

Así se desarrolla la escena en Predappio, tres veces al año, para conmemorar el día del nacimiento de Mussolini (el 29 de julio de 1883, en una casa no lejos del cementerio), su muerte (a manos de los partisanos el 28 de abril de 1945) y la denominada Marcha sobre Roma, que llevó al partido de Mussolini al poder en Italia en octubre de 1922. 

“He estado viniendo cuando menos una o dos veces al año, desde el 31 de agosto de 1957, el día que trajeron el cuerpo del Duce aquí”, dice Marcello, amigable veterano de 85 años de edad, quien solicitó que no se publicara su apellido. “Mi fe en él ha permanecido intacta”. 

Llegaron en camiones repletos, desde Turín hasta Palermo, en algo similar a un peregrinaje. 

“Al igual que cristianos yendo a San Pedro, con la excepción de que algunos usan un fez aquí”, afirma Gianni, corpulento hombre de Turín, refiriéndose al sombrero de fieltro negro con la forma de un cono truncado que se volvió parte del uniforme de los camisas negras del fascismo, usados por un puñado de jóvenes hombres arreglados meticulosamente.

“Pero no somos anacrónicos, tenemos tarjetas de crédito. No queremos restablecer esa era, sencillamente tampoco queremos negarla”. 

Incluso otros llegaron para expresar una época en la cual creían que Italia, contrastando con tiempos actuales, representaba algo en el mundo. 

“Italia necesita un claro cambio. Estamos en las manos de políticos que no fueron dignos del voto”, opina Enrico Cozzani, el propietario de una empresa de seguridad con sede en Lucca. “Somos el hazmerreír de Europa”. 

Angelo Aquilani, el coordinador del centro de Italia de la Nuova Destra Sociale con sede en Florencia, grupo conservador, fue más conciso: “Amamos al Duce”, afirmó. “Él es nuestra fe”. 
Este tipo de veneración tuvo peso sobre los dirigentes de Italia en 1945. 

Tras la muerte de Mussolini, se tomó la decisión de borrar el sitio de su tumba, de manera muy similar a como oficiales militares en el Consejo Nacional de Transición de Libia optaron por enterrar a Muamar Kadafi en una ubicación secreta el mes pasado y comandos estadounidenses sepultaron a Osama Ben Laden en el mar en mayo, a fin de evitar la creación de un santuario para sus seguidores. 

Después de que el cadáver de Mussolini fuera colgado de ganchos para carne el 29 de abril de 1945, en Piazzale Loreto en Milán, donde los ciudadanos ventilaron su furia hacia el ex dirigente, fue enterrado en una tumba sin marcas en un cementerio de la cercanía.

Un año más tarde, leales neofascistas exhumaron su cuerpo y lo ocultaron en un convento en Lombardía hasta 1957, cuando los restos fueron devueltos a la viuda de Mussolini, quien los sepultó en la cripta familiar en Predappio. 

De hecho, los esfuerzos de las autoridades italianas por ocultar el sitio del entierro repercutieron sobre ellas, a medida que su ubicación rápidamente se convirtió en una cuestión de intenso interés. 

“La vitalidad de la vida de Mussolini en el otro mundo era grande mientras no existiera el mausoleo. Un cadáver que no está en ninguna parte está en todas partes”, cree Sergio Luzzatto, historiador de la Universidad de Turín que escribió “El cuerpo de Il Duce”, sobre las vicisitudes del cadáver. 

El documental “Il Corpo del Duce”, inspirado en el libro, será exhibido en el Festival de Cine de Turín este mes. 

“Los italianos vivieron la ausencia del cuerpo como una presencia, continuando por tanto la historia de amor entre los italianos y su líder, que fue muy carnal en muchas formas”, destacó Luzzatto. 

Esa historia terminó cuando el cuerpo fue devuelto a la familia y “se volvió fijo y sepulcral”, continuando principalmente en los libros de invitados en la tumba, donde los visitantes pueden firmar y dejar comentarios. 

Esos libros están archivados actualmente en una sala del piso superior de la Casa de Memorias, el museo de objetos memorables del Duce abierto en 2001 por Domenico Morosini, exitoso empresario de Lombardía, en lo que fue alguna vez una residencia de verano de Mussolini.

Los registros están archivados debajo de un haz de luz, grabados con lo que Morosini aseguró que era una cita de Mussolini: “No es imposible gobernar a los italianos, es meramente inútil”. 

El museo atrae a entre 2.000 y 3.000 personas al año y pudiera atraer más, pero Morosini ha encontrado dificultades para promoverlo. Letreros en el camino hacia el museo “son derribados constantemente por integrantes de la izquierda”, dice. 

En la calle principal de Predappio, un puñado de tiendas hace buenos negocios con recuerdos fascistas, como la tienda Predappio Tricolore, que promueve de todo, desde macanas hasta calendarios de Mussolini. 

Los calendarios también son distribuidos a través de puestos de periódicos, “donde se venden mejor que calendarios sexys”, informa el propietario de una tienda, Pierluigi Pompignoli, saludando con el brazo extendido a un grupo de visitantes alemanes, los cuales respondieron con un “Sieg Heil”. 

La tumba de Mussolini recibe entre 80.000 y 100.000 visitantes al año, con cifras mayores durante las tres conmemoraciones, que en años recientes han sido presididas por Tam. 

El domingo pasado, durante un recital de rosario acompañado de comentarios, advirtió sobre la inminente invasión islámica de Europa, acelerada por los sucesos en el norte de África este año y aprobada por una liberal clase política en Europa y una “juventud (norte)americanizada”, abierta a herejías como el matrimonio homosexual. 

“Mussolini estaba en lo correcto, estaría llorando en su tumba si viera que Italia ha sido reducida a esto”, afirma Tam (aunque el matrimonio entre homosexuales de hecho es ilegal en Italia). “Estamos orgullosos de las Cruzadas”, aseguró, generando intensos vítores y aplausos de la muchedumbre. 

Es precisamente este tipo de turismo que el alcalde de Predappio, Giorgio Frassineti, tendiente al centro-izquierda, preferiría evitar: “Rechazamos la visión de Predappio de unos pocos, de las personas que asisten a las conmemoraciones, pero también de aquellos de la izquierda extrema que quieren cancelar su historia”, sostuvo Frassineti.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Gandhi: de dandi a faquir

 Gandhi utilizó su ropa elegante como arma en la lucha por la independencia

Cuando pensamos en Mohandas Gandhi, nos viene a la cabeza un hombre espiritual que desechó todos los bienes terrenales, incluso la ropa. No obstante, su relación con la moda formaba parte de una cuidada campaña de imagen llevada a cabo durante décadas para crear una determinada imagen pública. Hasta pasada su cincuentena, Gandhi no dio con esa combinación tan exitosa que lo convirtió en símbolo de la India nacionalista y que pasaría a la historia con el nombre de Mahatma, "el padre de la nación".

De niño, este hijo de un oficial del gobierno, solía llevar el turbante, la camisa larga y los pantalones amplios típicos de Guiarat, su región natal. Ya de niño, Gandhi se sentía nacionalista y exigía un gobierno independiente para su país, pero durante sus primeros años de juventud adoptó la extendida idea de que los indios debían convertirse en europeos antes de poder alcanzar la independencia. Cuando en 1888 se trasladó a Londres para estudiar en Inner Temple, tuvo que empezar a vestir como un abogado en prácticas. Existe una instantánea en la que podemos verlo luciendo raya del pelo bien marcada, traje de tres piezas, camisa con cuello de puntas y pajarita: el aspecto de un auténtico inglés de clase media.

Aunque todavía se sentía fuera de lugar, Gandhi sí que decidió hacerse más "refinado". Se apuntó a clases de baile y de elocución y llegó a convertirse en un auténtico dandi. Un compañero de trabajo, también indio, lo describió de la siguiente manera: "Llevaba sombrero de copa alta de seda al que le había sacado concienzudamente brillo con un cepillo, cuello de la camisa almidonado, corbata llamativa de todos los colores del arcoíris y camisa de rayas de la mejor calidad. Gandhi solía vestir chaqué, chaleco cruzado, pantalones oscuros de raya a juego, botas de charol y polainas cortas. Siempre llevaba guantes de piel y un bastón con empuñadura de plata". Cuando en 1893 empezó a trabajar como abogado en Sudáfrica, continuó vistiendo a la europea. Con el objetivo de identificarse con los mercaderes indios que constituían su clientela, decidió conservar un toque indio y añadir el turbante a su indumentaria clásica de negocios.

Cuando en Sudáfrica se intentó restringir la libertad de los inmigrantes indios, Gandhi se vio inmerso en asuntos de derechos civiles por cuestiones laborales. Fue entonces, en 1913, cuando decidió adoptar un nuevo estilo de vestir, siguiendo el ejemplo de su ídolo, Tolstoi, que había decidido no solo vivir como un campesino, sino también vestir como ellos.

Gandhi había liderado una huelga nacional de trabajadores indios en protesta contra las excesivas cargas fiscales o de otro tipo, motivadas por el racismo que se estaban llevando a cabo en Sudáfrica. Para identificarse totalmente con los pobres, empezó a llevar túnicas lisas de algodón blanco hasta la rodilla y lungi, una especie de falda típica de los trabajadores agrícolas. Además, también decidió ir descalzo y afeitarse la cabeza casi al cero.

Gandhi iba así vestido cuando el 22 de diciembre de 1913 se dirigió a la cárcel de Pieter Maritzburg para recibir a las prisioneras que habían obtenido la libertad, entre las que se encontraba Kasturba, su propia mujer. Alrededor de 2.500 indios fueron encarcelados, casi una quinta parte de la población total india de Transvaal, pero las injustas cargas fiscales fueron retiradas, con lo que Gandhi se sintió triunfante y listo ya para regresar a la India y comenzar su lucha contra los británicos.

A finales de 1914, cuando se hallaba en un barco de regreso a la India tras casi 20 años en Sudáfrica, la cabeza de Gandhi se mantenía ocupada con dos cosas: cómo plantear un reto al imperio y cómo debería vestirse. Al final, decidió "llevar únicamente nuestra indumentaria habitual", haciendo referencia a la ropa típica de su clase en Gujarat: turbante, camisa, dhoti (taparrabos), manto y pañuelo.


Quemado en la hoguera

En la India ya se había empezado a llevar a cabo una campaña nacionalista, centrada en el swadeshi, el uso de bienes producidos en el país, no importados. En cuanto a vestimenta, se pasó ahora al algodón tejido en la India y no importado de Lancashire. Gandhi adoptó este principio y lo llevó aún más lejos, asegurando que los verdaderos nacionalistas deberían llevar únicamente khadi, unos tejidos toscos confeccionados a mano por tejedores indios locales. Los tejidos importados fueron quemados en grandes hogueras.

Gandhi pasó a lucir un atuendo fabricado en khadi blanco y que consistía de dhoti largo, camisa sin mangas y gorra, animando a otros a que hicieran lo mismo y a convertir este conjunto en el uniforme del activismo nacionalista. Mohammad ali Jinnah, un líder musulmán, fue abucheado cuando se presentó en una reunión del Congreso, el principal partido nacionalista del país, luciendo su habitual traje de Saville Row. No tardaría en abandonar las filas del partido y comenzar un proceso que acabaría con la partición de la India.

En 1921, durante el momento más álgido del movimiento swadeshi, Gandhi decidió dar un paso más allá. El 23 de septiembre de ese mismo año se presentó ataviado tan solo con su taparrabos en una reunión de tejedores. Se trataba de un acto de solidaridad para con los pobres que no podían permitirse comprar suficiente khadi para sustituir las telas extranjeras que Gandhi estaba animando a quemar. También aseguraba que no había suficiente khadi para vestir a todo el país, con lo que "si los varones utilizaran tan poco khadi como él, no habría problema para vestir a las mujeres". No obstante, lo cierto es que nunca instó a nadie a que se vistiera con tan poca ropa como él.

En su semidesnudez, Gandhi imitaba la vestimenta —o la falta de ella— de los sadhus, unos santones mendicantes que poblaban la India pidiendo limosna y ofreciendo ayudas espirituales, como por ejemplo la fecundación de mujeres estériles. En el futuro, Gandhi pasaría a ir a pecho descubierto, con las piernas al aire, vistiendo tan solo su taparrabos y un chai si hacía frío.

Cuando Sonja Schlesin, una de sus primeras seguidoras, le criticó que el hecho de ir semidesnudo era un puro espectáculo que carecía de fundamento espiritual, Gandhi le respondió que era simplemente consecuencia de la evolución de su manera de pensar: "Te aseguro que no hay nada de espectacular en un taparrabos". Posteriormente, también diría que había adoptado el taparrabos "de manera natural, no fruto de ningún esfuerzo ni premeditación".

Ya fuera algo espiritual o no, lo cierto es que no causó ningún daño a su campaña. Sus enemigos echaban humo cada vez que lo veían aparecer. Churchill declaró cuando Gandhi se entrevistó con el virrey de la India que este sedicioso abogado se encontraba "ahora vistiendo como un faquir, del tipo que es más popular en oriente, subiendo semidesnudo las escaleras del palacio del virrey, con el objetivo de entablar negociaciones con el representante del rey-emperador en igualdad de condiciones, a la vez que afuera continúa organizando y liderando una campaña de desobediencia civil".
El virrey de la India, Lord Louis Mountbatten, y su mujer, Lady Edwina, con Gandhi en Nueva Delhi, 11 de abril de 1947.

Cuando en 1930 la revista Time declaró a "San Gandhi" hombre del año en la foto que publicaron iba así vestido. Ese mismo año lideró la Marcha de la Sal en contra de las tasas fiscales impuestas por los británicos en la India y un año después asistió en Londres a la mesa redonda sobre la reforma constitucional india. La reforma no suponía ningún progreso, pero resultó todo un éxito para Gandhi, ya que la utilizó para darse a conocer ante el mundo.
 
El estilo Gandhi de vida asceta, junto con su discurso devoto y desafiante, decorado con cierto toque de malicia, quedaba perfectamente simbolizado en la imagen de sabio en taparrabos que cultivaba. Todo lector de periódicos podía identificar su figura gracias a las tiras satíricas. Todas las miradas se paraban en él durante los noticiarios cinematográficos, llegando a convertirse en una de las personas más reconocibles del mundo. Puede que el único que llegara a estar a su altura fuera Charlie Chaplin.

Gandhi había conseguido dar en el clavo con su imagen de santón semidesnudo que desafiaba al imperio. No obstante, se trataba de una imagen propia, ya que de nadie más se esperaba que adoptase este estilo de moda. Este atuendo lo acompañó hasta el final de sus días, cuando en 1948 fue asesinado.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Gitanos: los parías europeos

La prolongada historia tras el reciente aumento de ataques racistas contra gitanos

Durante los dos últimos años, cientos de gitanos se han visto expulsados de sus hogares en varios países europeos. Al menos una docena han fallecido víctimas de ataques racistas. En dos países, Hungría y la República Checa, partidos de extrema derecha han formado milicias anti-gitanas y, en esta última nación, utilizando un lenguaje que recuerda demasiado a la Alemania de los años treinta, un programa político de televisión abogaba recientemente por encontrar "una solución definitiva al problema gitano". En los últimos meses, la política de expulsiones de gitanos rumanos llevada a cabo por el gobierno francés ha puesto de nuevo el asunto en la mesa de debate y la Unión Europea amenaza con expedientar a Francia.

Durante siglos, los gitanos (que se denominan a sí mismos "romanís") se han visto perseguidos, pero ¿cuáles son los orígenes de su sufrimiento y por qué ha aumentado recientemente?

Hoy en día hay más de 12 millones de gitanos romanís repartidos por el mundo, el 70% de los cuales se encuentra en Europa, pero en origen son un pueblo procedente de la región noroccidental de la India. Su emigración hacia occidente puede considerarse parte de una serie de fenómenos migratorios similares que tuvieron como consecuencia la creación de grupos lingüísticamente emparentados en el Cáucaso (los Lom), en Oriente Medio (los Dom), en Afganistán (los Jat) y en Asia central (los Paria). Al igual que los romanís, la mayor parte de estos grupos se han visto perseguidos y discriminados y han pasado la mayor parte de su a menudo agitada vida en condiciones seminómadas en la periferia de la sociedad organizada. A estas comunidades ofrecían desde servicios de metalurgia y comercio de caballos hasta quiromancia y entretenimiento.

Caos en Orlente Medio

Los gitanos romanís, los Lom y los Dom abandonaron la India noroccidental en el primer milenio de nuestra era, un periodo especialmente agitado en la región. Fue una época donde abundaron las migraciones masivas de gente (el pueblo kushán, los hunos, los árabes, los turcos, etc.), además de ser unos años en los que en Oriente Medio y las estepas reinaba un caos intermitente. Tales acontecimientos tuvieron un impacto considerable en la región noroccidental de la India, causando levantamientos políticos y sociales, además de creando nuevas presiones (y puede que también oportunidades) que llevaron a la gente a emigrar hacia el oeste y hacia el norte.

Este proceso comenzó en el primer siglo de nuestra era, cuando la India noroccidental (de donde provenían los ancestros de los gitanos, entre otros) empezó a encontrarse cada vez más bajo el dominio de los imperios no-indios con raíces culturales en regiones más norteñas y occidentales como el Medio Oriente o las Estepas.

Los gitanos fueron el último pueblo procedente de esta región de la India que se vio arrastrado hacia el oeste como consecuencia de estos procesos geopolíticos a gran escala. Algunos expertos de la actualidad plantean la posibilidad de que estos emigrantes gitanos tempranos abandonaran la India para servir en los ejércitos de uno de esos imperios no-indios (los turcos gaznávidas) que conquistaron la región noroccidental de la India a principios del siglo XI. Cuando, a mediados de ese mismo siglo, los predecesores de los otomanos (los turcos selyúcidas) derrotaron a los gaznávidas, los soldados y personal de apoyo gitanos huyeron hacia el oeste adentrándose en el Imperio bizantino.
 
Durante los siglos posteriores, especialmente durante la escasez de mano de obra causada por la Peste Negra, multitud de gitanos fueron tomados como esclavos en el territorio que actualmente es Rumania, obligándolos a trabajar la tierra. Otros consiguieron permanecer libres, algunos de ellos trabajando al servicio de los peregrinos del sur de Grecia rumbo a Jerusalén.

Después de que los gitanos entraran en la Europa occidental a principios del siglo XV, su relación con las autoridades y con las comunidades que los acogieron se fue haciendo cada vez más compleja. Al principio, algunos se hicieron pasar por peregrinos y presentaron a las autoridades y comunidades locales documentos supuestamente papales en los que se ordenaba que se les proporcionara sustento y, según una crónica de dudosa veracidad, autorizándolos a robar en el caso de que la gente se negara a ello.

Muchos gitanos eran adivinos y vendedores de amuletos mágicos, profesiones que no ayudaron a evitar el miedo y la antipatía que ya generaban. Además, los gitanos llegaron en una época en la que el poder de los estados occidentales europeos se estaba acrecentando, con lo que los gobiernos se mostraban ansiosos por agradar a su pueblo y por ello buscaban chivos expiatorios y perseguían a minorías (ya fueran judíos, herejes, brujas o gitanos). Como consecuencia, los gitanos fueron acusados de brujería (quiromancia, etc.), herejía y delitos menores.

Tal persecución tuvo consecuencias nefastas, ya que aunque la legislación anti-gitana había sido en parte diseñada para satisfacer prejuicios populistas o necesidades económicas, lo que en realidad consiguió fue obligar a los gitanos a mantenerse al margen de la ley, en una situación de vulnerabilidad permanente, siempre moviéndose de un lado para otro y a menudo teniendo que enfrentarse a las autoridades. En España, por ejemplo, las autoridades expulsaron a cientos de miles de campesinos de origen árabe y parece que decidieron reemplazar algunos con gitanos, ya que a estos últimos no se les permite trabajar nada más que de jornaleros.
 
Convertidos en esclavos y enviados a alta mar

Los españoles intentaban llenar sus galeras a base de gitanos, convirtiéndolos en esclavos y mandándolos a alta mar. En Inglaterra, el gobierno aprobó una ley por la que todo gitano tendría que ser marcado. La Iglesia católica prohibió a los gitanos ordenarse sacerdotes. Los suizos y los bávaros concedieron a sus ciudadanos carta blanca para asesinarlos. En Francia, Cataluña, Suecia, Polonia, Sajonia, Dinamarca, Inglaterra y otros muchos estados, los gitanos fueron expulsados de los territorios. Fue entonces cuando, siguiendo el ejemplo de Inglaterra, se empezó a ejecutar gitanos.

La intensa y recurrente persecución a la que se vieron sometidos tan solo consiguió situar a los gitanos nómadas todavía más al margen de la sociedad, siempre huyendo, muchas veces con su ingenio como única arma para sobrevivir. Los prejuicios y las represalias condujeron a la marginalización y a la alienación, que a su vez produjeron más antipatía y represión, formándose así un círculo vicioso de difícil salida.

A mediados del siglo XIX, con la creación de estados-nación de base étnico-cultural en Europa occidental aparecieron nuevas maneras de oprimir a los gitanos. Sirviendo de terrible anticipo a la ideología racista del Tercer Reich, intelectuales derechistas belgas, italianos y alemanes empezaron a publicar libros racistas en contra de los gitanos. En 1899 se creó en Baviera un departamento gubernamental especial, la Oficina Central de Lucha ante el Problema Gitano, y en 1909 un congreso en Viena propuso marcar a los gitanos para que las labores de identificación de la policía resultasen más sencillas.

Los gitanos gozaron de una situación algo más benevolente únicamente en los imperios otomano y zarista, debido a su condición de estados no-etnocéntricos. 
 
Durante la década de 1920, debido al ansia nacionalista por la homogeneidad cultural en los estados de Europa occidental, se intensificó Ja represión. En Suiza, Noruega y Checoslovaquia, se separó de manera sistemática a los niños gitanos de sus familias para criarlos en ambientes no gitanos. En Alemania, se crearon campos de rehabilitación especiales para gitanos.

Así, para cuando los nazis conquistaron casi toda Europa, a nadie le sorprendió la severa represión que se ejerció sobre ellos y que terminó en asesinato en masa y genocidio. Entre 200.000 y 600.00 gitanos murieron de hambre o fueron asesinados en cámaras de gas o muertos a balazos en campos de concentración (entre otros sitios) entre 1941 y 1944.

"Liberadores" comunistas

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, muchos gitanos vieron al Ejército Rojo soviético como el gran liberador de la opresión nazi. Los comunistas de la Europa oriental tenían una ideología relativamente igualitaria, no etnocéntrica, que favorecía a los pobres, con lo que rápidamente se ganaron la simpatía de multitud de gitanos. Al igual que sucediera en otros sistemas relativamente no nacionalistas, el comunismo de la Europa oriental (a excepción de la propia Rusia estalinista) se mostró relativamente benévolo con los gitanos. Muchos trabajaron en la industria pesada y en granjas de grandes dimensiones propiedad del gobierno, pero cuando en 1989-1991 llegó el fin del comunismo las antiguas empresas estatales tuvieron que cerrar y muchos de los empresarios privados empezaron a discriminar de nuevo a los gitanos. Los gitanos se vieron de pronto sin empleo y forzados a adoptar una economía sumergida. Además, al igual que sucediera en época precomunista, los políticos derechistas, que empezaban a ganar cada vez más seguidores, comenzaron a fomentar sentimientos y violencia racistas contra los gitanos.

Últimamente, debido a la severa crisis y al hecho de que actualmente pueden emigrar más fácilmente gracias a que Europa oriental ahora pertenece a la UE, los gitanos se encuentran pasando penurias no solo en la Europa central y oriental, sino también en la occidental.
 
Los gitanos: una breve historia
 
Siglos IX y X: Los gitanos abandonan la región noroccidental de la India en dirección oeste
Siglo XII: Los gitanos llegan a Europa oriental
Finales del siglo XII-XV: Abundante comercio de esclavos gitanos en Europa oriental
1400: Los gitanos llegan a Europa occidental
1416-1530: Principal periodo de expulsiones
1554-1783: Principal periodo de ejecuciones
1868-1905: Publicación de libros anti-judíos
1926-1927: Los suizos y los checos comienzan a separara los niños gitanos de sus familias
1933: Comienzo de la persecución nazi a los gitanos
1941-1944: Entre 200.000 y 600.000 gitanos pierden la vida a manos de los nazis
1989-1991:   Fin del comunismo en Europa Oriental
1990-Actualidad: La persecución de gitanos sufre un aumento en Europa oriental
2007: Algunos gitanos de Europa oriental emigran a Europa occidental
2008 2009: Los gitanos sufren ataques violentos en Hungría. Italia. Rumania. Kosovo. República Checa y el Úlster
2010: Francia realiza repatriaciones de gitanos rumanos

miércoles, 26 de octubre de 2011

José Miguel Varas, el escritor que combatió a Pinochet desde las ondas


El martes 11 de septiembre de 1975, el periodista y locutor chileno José Miguel Varas Morel. uno de los escritores más talentosos de su generación, que entonces era director de prensa de la televisión estatal, se enteró de madrugada de que los militares habían ocupado Valparaíso, dando comienzo al golpe que ese día iba a derrocar al presidente socialista Salvador Allende. Cerca de las 7.00 llamó a su amigo Pablo Neruda, con quien se iba a reunir ese día en su residencia de Isla Negra para llevarle los primeros 20 ejemplares de su último libro. Le explicó que no podría ir ese martes, porque parecía muy difícil llegar. "Tal vez más tarde", dijo Varas. "Tal vez nunca"", replicó Neruda.

El poeta y premio Nobel de Literatura tuvo razón, contó Varas a este corresponsal. Neruda falleció a los pocos días del golpe militar, el 23 de septiembre, y aunque Varas escribió libros y crónicas sobre su amigo, una nueva coincidencia los reunió otra vez: su propia muerte hace pocas semanas fue también un 23 de septiembre, a los 83 años, de un infarto en su cama, mientras descansaba de la redacción de sus memorias.

Considerado el mejor cuentista chileno de las últimas décadas, incursionó en la novela, la crónica y en el periodismo desde la prensa escrita, radio y televisión, plasmando en su obra la realidad social chilena. Dotado de una pluma precisa y rica, calaba a sus personajes y retrataba las atmósferas con pinceladas rápidas e imágenes certeras.

Empezó a escribir desde muy joven, cuando como alumno de enseñanza media relataba anécdotas en el diario mural de su liceo. A los 18 años publicó su primer libro, Cahuín, un chilenismo que significa chisme, en el que trazó un fresco de esos años. Interrumpió sus estudios de derecho para dedicarse al periodismo, la literatura y la actividad política desde las filas comunistas. Llegó a ser director del diario del partido comunista, El Siglo. Después del golpe de 1973 partió al exilio. Instalado en Moscú, fue el alma del programa ¡Escucho Chile! entre 1974 y 1988, que transmitía Radio Moscú a las 20.00. El programa denunciaba los abusos de la dictadura de Pinochet, obtenía con frecuencia información exclusiva de Chile y rompía la censura. Oír la transmisión en esos años era motivo más que suficiente para ser detenido. Su voz fue una de las más conocidas del país.

Al regresar al país volvió a la literatura y a la crónica. Contribuyó en forma decisiva a rescatar la figura de Neruda en democracia. narrando en libros y artículos al poeta y militante que las nuevas generaciones conocían poco. Investigó el periodo de clandestinidad que tuvo Neruda en 1948 y 1949, cuando el Gobierno de Gabriel González Videla declaró legal al partido comunista, aunque poco antes sus votos le habían ayudado a ser elegido presidente. Este libro, Neruda clandestino, se abre con una cita del poeta, que refleja sobre todo la fina ironía que Varas supo esgrimir a menudo: "Un día publicarán mis calcetines".

En 2006, cuando recibió el Premio Nacional de Literatura, uno de los varios galardones que obtuvo, el jurado reconoció en Varas al más completo escritor de cuentos de la historia literaria chilena. Poco después. Varas publicó Milico, una de sus obras mayores, la novela que más se ha internado en el Chile de las sombras de la dictadura. La historia tiene ciertos rasgos biográficos, pues como él mismo, el protagonista es un periodista e hijo de militar. Varas construía a partir de lo que veía. "Me dedico a rescatar los valores que no están de moda", afirmó en más de una ocasión.

Modesto y hasta tímido, a pesar de ser un hombre acostumbrado a los micrófonos y cámaras, su despedida fue como habría querido: con amigos de todas las tendencias y La Internacional de fondo.

La bomba nuclear más potente de Estados Unidos será desmantelada hoy en Texas

La B-53 es 600 veces más poderosa que la bomba lanzada en Hiroshima
Este tipo de armas se diseñaron para ser lanzadas desde bombarderos B-52
'Fue desarrollada en otro tiempo. El mundo será más seguro sin ella'

Estados Unidos pondrá fin este martes a una historia que comenzó hace casi 50 años al desmantelar su última bomba nuclear de gran potencia, un artefacto 600 veces más poderoso que el lanzado sobre Hiroshima (Japón) en 1945.

"La B-53 fue un arma desarrollada en otro tiempo, para un mundo diferente. El mundo será más seguro con su desaparición", expresó en un comunicado el director de la Administración Nacional de Seguridad Nacional de EEUU, Thomas D'Agostino.

Creada en el culmen de las tensiones de la Guerra Fría, en 1962, la bomba B-53 que este se desmontará en Texas es el arma más poderosa que posee Estados Unidos, informa el diario 'Texas Star-Telegram'.

Sus más de 4,5 toneladas de peso descansaban en la única planta de ensamblaje de armas nucleares del país, cerca de la localidad de Amarillo, a la espera de su turno en un programa de desmantelamiento que comenzó en los años 80.

Para el funcionario de mayor rango en esa planta de armas nucleares, Steve Erhart, despiezar la última B-53 es poner fin a "una gran parte del plan estratégico estadounidense en la Guerra Fría".

"Su desmantelamiento es un punto clave en la historia", dijo al diario, al destacar que "significa borrar de la faz de la Tierra una gran cantidad de poder destructivo".

Las B-53 se diseñaron para ser lanzadas desde bombarderos B-52 e impactar en su objetivo incluso si se encontraba en un búnker, al enviar ondas de energía similares a las de un terremoto a través del subsuelo, destruyendo todo lo que encontraba a su paso.

600 veces mayor que la de Hiroshima

Con unos 135 kilogramos de explosivos situados alrededor de su núcleo de uranio, la bomba tenía un potencial de 9 megatoneladas de TNT, unas seiscientas veces mayor que la detonada sobre Hiroshima donde causó la muerte directa e indirecta de 275.230 personas.

Desmontar un artefacto tan antiguo y de un tamaño similar al de un automóvil familiar "ha presentado muchos retos", reconoció Erhart, cuyo equipo tuvo que "crear nuevas soluciones para lidiar de forma segura con una bomba de esas dimensiones".

El desmantelamiento de la última B-53 se produce un año antes de lo previsto, según el Departamento de Energía, en respuesta a las instrucciones del presidente de EEUU, Barack Obama, de acelerar el proceso de liquidación de las armas nucleares.

En total, las plantas nucleares estadounidenses crearon alrededor demedio centenar de B-53, y las últimas de ellas fueron retiradas del arsenal activo del país en 1997.

Una vez que se desmantele el más antiguo de esos artefactos nucleares, el personal de la planta de Pantex deberá ser capacitado para trabajar en otras armas que Estados Unidos pueda necesitar.