jueves, 17 de noviembre de 2011

El oso que fue enrolado en la Segunda Guerra Mundial

Una de las más curiosas historias de animales participantes en la Segunda Guerra Mundial fue convertida en un documental

Wojtek ayudaba a subir la moral de las tropas polacas.
Cuando en octubre de 1942 a Wojciech Narebski lo llamaron para reportarse ante su nuevo comandante en lo que entonces era el mandato británico de Palestina, se encontró con una gran sorpresa. "Quedé asombrado porque había un oso acostado frente a su carpa", indicó Narebski recordando lo sucedido hace casi siete décadas.

Fue así que comenzó una amistad de tres años entre el oso Wojtek y el soldado polaco, que para ese momento contaba con 17 años. El vínculo entre los dos se fortaleció por el hecho de que ambos compartían el mismo primer nombre, ya que en polaco Wojtek es un diminutivo de Wojciech.

Unos pocos meses antes de conocer a su tocayo Wojtek, el oso, fue vendido siendo un cachorro a unos soldados y civiles polacos en Irán. El grupo estaba haciendo un recorrido desde Siberia hasta Medio Oriente, tras su liberación de un campamento de prisioneros ruso. La invasión de los alemanes nazis en 1941 hizo que los soviéticos permitieran la salida de los polacos. Se cree que unos cazadores le dieron muerte a la madre del cachorro. "Era como un niño, como un perrito. Tomaba leche de una botella, como un bebé. Así que por lo tanto sentía que estos soldados era como sus padres y confiaba en ellos y era muy amistoso", dijo Narebski.

Cigarrillos y cerveza

Wojtek fue adoptado por lo que pasó a ser la 22ª Compañía de Artillería del II Cuerpo del ejército polaco. "Realmente se sentía como un miembro de nuestra pequeña familia militar", apunta Naberbski.

A pesar de su tamaño se dice que Wojtek tenía buen
 genio.
El profesor de geoquimíca y petrología de 86 años viajó desde su casa en Cracovia, Polonia, hasta Londres para el estreno del documental: "Wojtek, el oso que se fue a la guerra". La película es narrada por el actor Brian Blessed y consiste de una mezcla de entrevistas, reconstrucciones, fotogramas modernos y animación. El film relata el épico viaje en tiempos de guerra hecho por Wojtek y sus camaradas hasta Escocia, cuando estaban en el frente.

La travesía los llevo a Irak y Egipto y cuando quisieron llevar a Wojtek en un barco hacia Italia el oso tuvo que ser enrolado como soldado. "Tenía una libreta de pagos. No recibía dinero, pero oficialmente era un soldado polaco", apunta Narebski. Debido a su tamaño Wojtek recibía raciones dobles.

Agrega que a Wojtek le gustaba juguetear luchando y boxeando con su colegas y pedía cigarrillos de la unidad para comérselos. A Wojtek también le gustaba la cerveza. "Para él una botella no era nada. Pesaba 200 kilos. No se emborrachaba". Wojtek fue entrenado para que no representara un peligro para los humanos. "Era muy tranquilo, muy pacífico", Sin embargo, no le caían bien un mono y otro oso que también fueron adoptados por las tropas. Resalta el ex soldado que Wojtek ayudaba a mantener la moral de las tropas. "Para la personas que estaban lejos de sus familias, lejos de su país, era algo muy importante desde un punto de vista sicológico".

El director de la película, Will Hood, dice que la historia de Wojtek "tiene absolutamente de todo. Tiene un sentido épico shakeaspereano. Es una historia de guerra, una historia de amor, una historia de pérdida. Hay un gran cantidad de pathos hacia el final del film.

"Es posible hacer una alegoría con la historia de Wojtek y la historia del pueblo polaco, en una forma que toca la política sobre la Segunda Guerra Mundial, que es una historia más agradable y humanística que es, por supuesto, algo irónico porque estamos hablando de un oso".

"El hecho de que el mismo pensaba que era humano, así lo dice la leyenda, creo que plantea algunas preguntas muy interesantes acerca de lo que es ser humano".

En una entrevista, un veterano británico cuenta como un día quedó estupefacto al ver al oso de 1,82 metros trasladando proyectiles durante la Batalla de Monte Cassino en Italia. El emblema de la compañía se convirtió en una foto de Wojtek llevando un proyectil. Narebski dice que un día de verano cuando estaban conduciendo a lo largo de la costa adriática italiana cerca de Ancona, Wojtek divisó el mar: "Saltó del vehículo y se fue a la playa. Y en la playa había muchas chicas italianas bañándose. Pueden imaginarse lo que sucedió. Yo les dije: 'muchachas, no teman. Este oso es bueno".

Separación de hermanos

Narebski vio por última vez a Wojtek en Italia antes de la Batalla de Bologna en 1945. Después de la guerra su compañía fue desmovilizada en Berwickshire, Escocia, mientra que Wojtek fue trasladado al zoológico de Edimburgo, donde algunos de los ex soldados lo iban a visitar.

Narebski pasó algún tiempo en Yorkshire, Inglaterra, antes de regresar a Polonia. Fue difícil para él mantener correspondencia con sus antiguos camaradas que se quedaron en Escocia, debido a las restricciones impuestas en Polonia, pero él nunca olvidó a Wojtek.
Wojtek acompañó en muchos viajes a los soldados
 polacos desde Medio Oriente hasta Escocia.

"Las autoridades comunistas en Polonia quisieron llevarlo a un zoológico en Polonia, pero mis colegas que se quedaron en Escocia se opusieron", añadió.

"Era muy agradable para mí pensar en él. Sentía como si fuese mi hermano mayor".

Sin embargo sí se enteró de la muerte de Wojtek en 1963. "Fue una noticia muy triste", dice Narebski.

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